El emprendedor argentino Marcelo Marincovich lleva adelante tres urbanizaciones en donde todos los servicios estarán basados en energías renovables, tanto para las casas como para el alumbrado público
Por Gustavo Grimaldi
De abuelo croata, Marcelo Marincovich tuvo varias actividades a lo largo de su vida: vendió escobas, máquinas viales y también se dedicó a la producción y exportación de carbón. Pero hace unos años, decidió orientarse al real estate, aunque con una particularidad: busca enfocarse en el desarrollo de urbanizaciones totalmente sustentables.
Así, la puso el ojo al oeste del Gran Buenos Aires, más exactamente al partido de General Rodríguez. En la actualidad, avanza con tres desarrollos urbanos ubicados a unos sesenta kilómetros del centro de la Ciudad de Buenos Aires.
La característica que engloba a los emprendimientos es que se apoyan en un plan integral de sustentabilidad y autonomía energética, ya que todos los servicios estarán basados en energías renovables, tanto para las viviendas como para el alumbrado público.
Gran parte de esa tecnología fue craneada por el científico español Juan Ortigoza García, ex ingeniero de investigación de la NASA, y socio del emprendedor argentino en la empresa Ortronic hasta su fallecimiento. Marincovich considera que el apalancamiento tecnológico en los dispositivos de Ortronic desarrollados por Ortigoza García son claves para sus proyectos de real estate.
Según asegura el empresario argentino, este modelo de negocios acerca aún más a la clase media al sueño de la casa propia. Las tres urbanizaciones, no sólo tendrán cancha de fúbol, tenis, golf, polo y deportes acuáticos sin motor, sino también contarán con huertas comunitarias para asegurar autonomía alimentaria.
«Cualquier terreno en una localidad tradicional puede costar USD50.000, mientras que una hectárea de campo vale USD10.000, claro que con el déficit a priori de que carece de servicios e infraestructura», inicia su explicación Marincovich.
Cómo es el negocio
El empresario calcula que de una hectárea salen diez terrenos de 650 metros cuadrados. «Partiendo de la base de que se debe resignar aproximadamente un 35% para espacios comunes. Es decir, tengo un gasto de USD1.000 dólares por terreno, a lo que les debo agregar, llevando en cada caso la hipótesis del máximo costo, unos USD500 del mejor biodigestor para tratamiento de líquidos cloacales y un equipo de 24 paneles solares, valuado en un máximo de USD10.000. A eso hay que sumarle el camino hacia el lote, que pueden ser otros USD3.000. Es decir, por USD15.000 tenés un lote completo, con todos los servicios e infraestructura a lo que hay que agregarle un servicio robusto de internet, que en nuestro caso lo pensamos cobrar en las expensas «. Marincovich calcula que, gracias a todo el ahorro que se logra en servicios públicos, los gastos mensuales de los propietarios podrían acercarse a los 3.000 pesos.
Oportunidades comerciales
Los tres desarrollos en cuestión son Tres Pinos Villa del Campo tiene 500 hectáreas y 2.227 lotes, ubicado sobre la autovía 6; Laguna de las Pampas, que cuenta con 76 hectáreas y 137 lotes, y se encuentra cerca del pueblo rural Villa Espil y Chacras de San Andrés, que posee 340 hectáreas y está enclavado entre los pueblos rurales de Villa Ruiz y Carlos Keen.
El empresario diseñó un novedoso modelo de negocios para aquellos comerciantes que instalen locales en las urbanizaciones. «No le vamos a cobrar alquiler, sino un porcentaje mínimo de las ganancias, de tal forma que solo pagarán si les va bien», explica Marincovich, quien además explicó otras dos condiciones más para la instalación de locales comerciales: «Cualquiera puede venir a poner un local en la comunidad, pero vamos privilegiar a quienes vengan a vivir al lugar, para que haya arraigo e incorporen en su negocio la dimensión del apego y la relación con los vecinos, donde también incidiremos en la oferta de comercios; no tiene sentido que se instalen varios comerciantes del mismo rubro».