En esta columna, Bernando Tirelli* analiza los hechos sucedidos en el Capitolio, los que caracteriza como expresiones emergentes de la crisis económica y social no resuelta de EEUU. El primer llamado de atención se produjo en octubre del 2008 con la quiebra de Lehman Brothers y el arrastre a una crisis financiera mundial de magnitud. Este hecho significó el fin de la globalización.
Gobernaban los republicanos y se destacaron dos medidas: políticas keynesianas para el desarrollo inmobiliario lo que llevó a crear una burbuja que terminó explotando y el crimen de las torres gemelas que llevó a la teoría de guerra preventiva para invadir Irak y apropiarse de su petróleo. No alcanzó.
Por su lado China avanzaba sin pausa enviando productos a EEUU y aumentando su déficit comercial compensado por bonos del tesoro.
A Bush lo sucede Obama. El negro que no sólo no combate la discriminación y represión por color sino que aumenta las guerras (El Papa Francisco habla de tercera guerra mundial) y endeuda más a EEUU con China.
La caída del Producto Bruto Interno norteamericano y, de modo simultáneo, su regresión distributiva, ha generado un país injusto. Una creciente concentración de riqueza que expresada por los medios describe una falsa realidad de bienestar contrasta con millones de personas viviendo en trailers, sin trabajo, salud ni educación. Sin futuro. Ante esa situación, cuya formidable extensión puede medirse entre las gestiones de Ronald Reagan y Barack Obama, una parte muy numerosa del pueblo norteamericano fue tanteando opciones de rasgos productivos.
En esas condiciones se arriba a las elecciones para la sucesión de Obama. Surgen en las internas dos opciones por fuera de las estructuras. Bernie Sanders, desde los demócratas, que había fracasado con partido propio y pierde en la interna con Hillary Clinton. Otros visualizaron en Donald Trump a un empresario pragmático que proponía algo que en Argentina conocemos bienproducción trabajo y mercado interno.
Conflicto interno
El conflicto social norteamericano está basado en problemas estructurales profundos, el surgimiento de líderes que gusten o no al progresismo está expresando esa realidad. Ningún medio de comunicación de EEUU da cuenta de la realidad la cual termina imponiéndose por la fuerza de los hechos.
Así Trump sorprende imponiéndose a la estructura del Partido Republicano y a la candidata demócrata y debe enfrentar el desafío de sus promesas.
Sus energías se fueron volcando internamente con el objetivo de recuperar la industria y el empleo, en detrimento de las aventuras bélicas externas.
Cuando Trump doblegó a la Reserva Federal y morigeró las tasas para impulsar la inversión productiva, el poder financierodesplegó sus acciones, especialmente comunicacionales, para evitar su reelección.
Disolvió el Acuerdo del Pacífico y el Acuerdo Transpacífico. Ahí han quedado, a los gritos los gobiernos cipayos de Chile, Perú, Colombia y México y fue un gran alivio para el futuro de Argentina. Macri que impulso a Hilary se quedó sin su mayor negocio.
El bluff de los limones
El proteccionismo de Trump fue una de las razones por la cual la reunión del G20 en Buenos Aires, con la presidencia de Macri, fue un verdadero fracaso. La gran reunión de Macri con Trump en EEUU significó una pequeña venta de limones y el retiro de compra del biodiesel por 1300 millones de dólares. Eso abrió más allá de ideologías la necesidad de buscar los mercados complementarios o sea Rusia y China.
Durante los cuatro años de su gestión, el país del Norte volvió a crecer y dejó de canalizar energías en invasiones y grandes conflictos bélicos para volcarlas al interior.
Bajo la gestión Trump se desarrolló el período más pacífico del país del norte. Sin guerras globales y sin invasiones.Durante los últimos cuatro años, los Estados Unidos no ingresaron a confrontación bélica alguna, más allá de situaciones conflictivas y declaraciones altisonantes. La resolución de las situaciones en Siria, Mar de China Meridional y Corea del Norte, entre otras, brindó un respiro a la tensión internacional. Hasta hace días los analistas internacionales de los medios concentrados pero también de aquellos que se postulan como críticos, han advertido sobre el riesgo para la paz mundial que implicaba la eventual re elección de Donald Trump. El liberalismo progresista llegó a plantear que esa perspectiva podría derivar en la extinción de la humanidad.
Caída de un gigante
Un dato: después de 201 años -durante el período de Trump -quiebra Remington. En declaraciones a Bloomberg, el presidente de la Asociación Independiente de Propietarios de Armas de Fuego, Richard Feldman, se mostró optimista sobre el futuro del sector: «Casi todos los gigantes terminan cayéndose durante los cambios cíclicos de la industria. Supongo que si los demócratas resurgen este noviembre (en las elecciones legislativas de Estados Unidos), las acciones de las empresas de armas volverán a aumentar con ellos», vaticinó.
«No digo que los militares me adoren. Los soldados sí, pero los altos mandos del Pentágono probablemente no porque ellos solamente quieren librar guerras para hacer felices a todas esas maravillosas compañías que fabrican bombas y aviones», declaró (07/09/2020) el presidente en una rueda de prensa. Resultará difícil encontrar a otro presidente enfrentado al pentágono y a la corporación armamentista.
El 1/1/2021 Trump veta la ley de presupuesto de defensa (741 mil millones). Entre otros argumentos señala que rechaza igualmente disposiciones que «van en contra» de sus «esfuerzos para regresar a (las) tropas a casa (…) desde Afganistán, Alemania y Corea del Sur». Demócratas y republicanos dan vuelta el veto (322 votos a favor y 87 en contra). Y además no admiten el aumento de ayuda a necesitados. Dice Trump: Ahora quieren dar a las personas devastadas por el virus de China 600 dólares, en lugar de los 2000 dólares que necesitan tan desesperadamente. ¡No es justo ni inteligente!
Uno de los hechos significativos del 2020 fue el cruel asesinato de George Floyd con la rodilla de un policía en el cuello. Lo que los medios no han informado es que la policía pertenece al Gobierno de Minesota conducido por el Partido Demócrata-Agrario-Laborista.
El mundo cambió
En pocos años China es primera potencia. O sea en vez de hegemonía el mundo se forma en la multilateralidad. Frente a eso Biden propone como ministro de Defensa aun criminal de guerra como Lloyd Austin.
Es uno de los responsables de la destrucción de Irak y del avance sobre Afganistán, con posterior despliegue laboral en la industria armamentística. Eso sí: democráticamente, todos los medios realzan que se trata de un afrodescendiente. Dice Biden: «Si el Senado aprueba su designación, el ex general sería el primer afroamericano en liderar el mayor ejército del mundo, en el que la comunidad negra está fuertemente representada».
Las movilizaciones del Capitolio denotan el malestar social ante la acelerada perspectiva de un retorno a las políticas de ajuste y transferencia de recursos hacia los sectores financieros. El conflicto social norteamericano es indetenible, no está en juego la democracia en abstracto por fuera de los intereses concretos.
Los festejos mundiales de retorno democrático tratarán de disimular lo que sigue. El águila imperial está herida. Con el triunfo de Biden el 20 de enero de 2021 recupera las alturas y se prepara para atacar.
Notas
1.- El imaginario de un mundo unipolar, emergente de la caída del muro de Berlín en 1989, bajo la hegemonía de los EE.UU. y la creativa y falsa teoría de la globalización que tuvo entre sus mentores a Fukuyama anunciando que había llegado el «fin de la historia» con la expansión globalizada de la libertad de mercado ha llegado a su fin. Pero este final no se produce por la crisis financiera, ésta es sólo la expresión visible de problemas económicos que, hasta hoy en EE.UU., no tiene solución. Bernardo Tirelli, Buenos Aires Económico, 7 de octubre de 2008.
2.- Los incentivos a la producción no pueden ser exclusivamente financieros y mucho menos especulativos o centrados en una sola actividad. EE.UU. fue víctima, por un lado, de elementos especulativos y por otro de su propia doctrina de libertad de mercado que hizo vulnerable su desarrollo industrial exportando trabajo a regiones con costo laboral competitivo. Bernardo Tirelli, Buenos Aires Económico, 7 de octubre de 2008.
3.- Fiel a su esencia lo más probable es que EE.UU. no sólo establezca algunas regulaciones en el sistema financiero, sino que fundamentalmente busque fortalecer y proteger su industria y a su vez intente exportar la crisis para que su recuperación la paguen otros. A su vez habrá una tendencia a dar más valorización a las actividades productivas que a los paquetes financieros.
Bernardo Tirelli,
Ingeniero, Presidente Fundación Sur en Movimiento.