Los daños de la pandemia terminaran siendo enormes, tanto en el plano más lamentable las miles de vidas pérdidas, las distintas secuelas que deja la maldita enfermedad. Lo son tambien en la violenta caída y desestructuración de la vida social y económica, los efectos sobre la destrucción de empleos, el aumento de la pobreza e indigencia y la marginalidad.
Los daños colaterales son infinitos; la perdida de horizontes de progreso e integración social, jóvenes que nunca han podido ingresar al mercado de trabajo y por lo tanto no pueden hacer su experiencia y, mientras tanto, el conocimiento adquirido en el sistema educativo se va desadaptando debido a los cambios tecnológicos acelerados de la época.
Se necesita producir hechos concretos que reviertan con urgencia esta situación vergonzosa. El eslabón perdido entre la necesaria inclusión social y los estudiantes. Es absolutamente imprescindible recrear la cultura del trabajo, fundamentalmente en aquellos que hace años no ven trabajar a sus padres, vecinos, amigos o parientes.
Hoy, frente a los desafíos que trajo la pandemia no podemos poner las responsabilidades solo en el sistema educativo en la formación de las nuevas generaciones. El estado, los empresarios y la sociedad en su conjunto, deberemos tomar las riendas para cambiar esta lamentable realidad.
Debemos Proponernos que alumnos de las carreras o que ya las hayan finalizado, puedan ingresar a las empresas con prácticas rentadas y asegurados. Es imprescindible lograr así que quien se incorpore tenga la motivación necesaria en un área de crecimiento laboral/profesional y sobre todo en su realización individual y familiar. Necesitamos dar comienzo de esa manera un círculo virtuoso de educación y entrenamiento que prepare a las nuevas generaciones para su futuro en cualquier ámbito .
Para refundar la cultura del trabajo es necesario, como sociedad poner en claro el compromiso de un contrato social con derechos y obligaciones para el que contrata como para el contratado. Por ello resulta imprescindible que ambas partes sepan que esperan del otro para no sufrir frustraciones posteriores.
Debemos tener en cuenta las consecuencias de las crisis recurrentes que sufrió el país. Estas han ahondado profundamente las diferencias sociales y sobre todo, las oportunidades de trabajo y de calidad de vida entre incluidos y excluidos. De allí que nos resulte llamativo el debate abierto sobre el “Aporte Solidario y Extraordinario a las Grandes Fortunas” y la negativa por quienes están convocados como contribuyentes en la emergencia al no aceptar una lógica elemental: que quienes tienen mayor capacidad contributiva deben realizar el mayor esfuerzo.
Una buena oportunidad para afrontar en forma concreta y no solo declamativa, el desafío de revertir la gravísima desestructuración social, es reconocer la importancia del Art. 7 de la ley 27.605, de
que asigna una parte sustantiva de sus esperados ingresos a subsidiar las PYMES en estado de emergencia y a dar becas para la educación.
También extendemos que esta contribución brinda una excelente oportunidad para poner en marcha una efectiva vinculación de las PYMES con el sistema educativo de forma que éste pueda preparar una nueva camada de trabajadores y profesionales para las actuales necesidades de las empresas teniendo en cuenta los cambios tecnológicos.
De forma de no quedar solo en las buenas intenciones será necesario establecer pautas claras con objetivos mensurables y seguimientos de control por objetivo con participación activa de los actores de la comunidad y los resultados del programa, publicarlos ampliamente tal que actúe como un elemento motivador de las nuevas generaciones.
Con transparencia y contando con los recursos necesarios, solo debemos agregar la voluntad del conjunto social para que esta tarea redunde en beneficio para el conjunto, ya que nadie tiene dudas que la primera tarea que debemos encarar como sociedad, es la de dar trabajo y condiciones de vida digna para los más necesitados.
Esta realidad duele y la única forma de cambiarla es haciendo las cosas distintas de como las veníamos haciendo en el marco de la educación de nuestros jóvenes. Los empresarios PYMES queremos y ofrecemos dar el primer paso al respecto.
Raul Hutin
Secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN)