En la última semana el nombre de Carolina Píparo volvió a formar parte de la agenda mediática nacional. La denuncia de un asalto en la madrugada del 1 de Enero y el posterior accidente de tránsito en el que se vieron involucrados tanto ella como su marido, que embistió a dos motociclistas, la pusieron en el medio de todas las miradas. Ella, por su parte, denuncia ser rehén de operaciones políticas.
El caso de Carolina pone en discusión el lugar que ocupan en la sociedad las víctimas de delitos y desnuda el entramado político que conforman las asociaciones de víctimas que han ocupado lugares de poder en una disputa por el sentido común. Sería interesante analizar la cuestión de la superioridad moral desde la cual se posicionan ciertas víctimas del delito y el poder de fuego mediático que tiene Carolina.
Carolina Píparo fue víctima de una salidera bancaria el 29 de julio de 2010. Ella estaba embarazada de 9 meses y acababa de retirar 10 mil dólares y 10 mil pesos de una sucursal del banco Santander Río de 7 y 41, en La Plata. Estacionando su Ford Escort en su casa de 36 y 21 fue sorprendida por dos hombres en una moto que le robaron el dinero. Uno de ellos actuó de manera violenta: la sacó del auto por la fuerza, la tiró en el piso y la golpeó con el arma para luego disparar. La bala entró por la boca, salió por el mentón y volvió a entrar al cuerpo a la altura del pecho y quedó alojada en la parte superior del abdómen. Eso produjo falta de oxígeno en el bebé, que nació por una cesárea de emergencia pero que murió por un paro cardíaco a los pocos minutos.
Ella participa, desde el año 2014, en la Fundación Pensar: un laboratorio de ideas que pretende instalar propuestas sobre políticas públicas de ese think tank y de la Usina de Justicia en el poder, una asociación civil fundada por Diana Cohen Agrest, en el poder.
Carolina es actualmente la responsable del Area de Asistencia a la víctima y violencia de género de la Municipalidad de La Plata, cargo que ejerce ad honorem porque es diputada provincial. Su formación en violencia de género es nula, y en lo respecta a asistir a las víctimas es evidente.
En la madrugada del 1 de Enero la actual Diputada Provincial de Juntos por el Cambio y su marido fueron víctimas de un supuesto asalto donde les robaron dinero en efectivo (unos $20.000) y el teléfono celular. Posterior a esto, unas cuadras más adelante, su marido Juan Ignacio Buzali, embistió a dos jóvenes motociclistas y los arrastró por más de 300 metros. Según declaraciones de oficiales de la policía tanto Carolina como su marido vomitaban y tenían olor a alcohol. El test de alcoholemia se lo realizaron en horas del mediodía.
Martin De Vargas, abogado de los jóvenes motociclistas: Luis Levalle (23) y su acompañante (17) rechazó la versión de la legisladora y pidió que la causa se encuadre bajo la figura de «homicidio en grado de tentativa». Además, el letrado pidió al juzgado de garantías 5 de La Plata la detención del marido de Carolina Píparo por posibles «peligros procesales» y denunció irregularidades en el procedimiento policial a la hora de detener a la legisladora y su marido.
Por su parte, la fiscal María Eugenia Di Lorenzo tiene en su poder un video en el que se ven a los posibles autores del asalto y más de 400 horas de grabación de lo que sucedió esa noche en las intersecciones de calles por las cuales transitaron Carolina Píparo y su marido.
Días atrás Carolina se reunió con Luis Chocobar, el policía que asesinó a un joven de 18 años que había robado y herido a un turista norteamericano en 2017, dejando en claro su posicionamiento político en relación a la construcción de un sistema aún más punitivista.
En “La cuestión criminal”, un suplemento de Página 12 publicado en 2011 que reúne más de 100 artículos de Eugenio Zaffaroni, el autor ahonda en la figura de “víctima héroe”, un conejillo de indias al que los gobiernos utilizan para endurecer las penas de encierro y justificar la mayor presencia policial en los barrios. ¿Es Carolina Píparo una víctima-héroe? La figura de víctima-héroe genera gran identificación en un amplio sector social y
éste termina posicionándose como vocero de esa criminología. Carolina Píparo reúne muchas de las características enunciadas por Zaffaroni.
«El problema no es coyuntural, es ontológico. La cuestión parece bastante clara: si sos negro, andas en moto y hay sospecha de delito: coautoría funcional (conductor equiparado a acompañante), prisión preventiva y secuestro de la moto. Si sos blanco y andas en un auto moderno, estás en una élite política y hay sospecha de delito: aplicación de principios y garantías constitucionales, libertad durante el proceso y blindaje mediático.» manifestó el docente Gonzalo Alba, miembro de «Sinergia, educación en cárceles».