LA UNAJ, YPF Y OTRAS CUESTIONES

Todo salió a la luz, por una intervención de la Diputada Nacional (FDT) Fernanda Vallejos, quien a través de las redes sociales, increpó al titular de YPF –Guillermo Nielsen- por la venta de un lote que forma parte del terreno donde funciona la UNAJ (Universidad Nacional Arturo Jauretche), en Florencio Varela, sur del conurbano bonaerense.

Por lo que se pudo averiguar, el sector Inmuebles de la empresa propiedad del Estado, decidió la venta de esa porción de tierra a un grupo empresario que pensaba instalar allí, entre otras cosas, una estación de servicio, es decir, vender combustible (empresarios, venta de combustibles, YPF…qué podía salir mal?).

Pero ante la reacción de la Diputada Vallejo, luego acompañada por un amplio grupo de dirigentes políticos y referentes educativos, Nielsen tuvo que reconocer que no estaba al tanto de la venta del terreno y volvió la operación a fojas cero. O al menos, a eso se comprometió.

Según el Lic. Ernesto Villanueva, rector de la UNAJ, los problemas con ese lote habían comenzado durante la gestión de Macri, cuando le reclamaron U$S 300.000 por el usufructo del mismo. No era para asombrarse. El macrismo siempre fue refractario a la educación pública en general y a las universidades del conurbano en particular. Basta recordar a la ex gobernadora Vidal, refiriéndose a la inutilidad de esas casas de altos estudios, ya que según ella, “los pobres nunca llegan a la Universidad”. Y acá vale aclarar que la matrícula actual de la UNAJ, es de 40.000 alumnos regulares que, en su gran mayoría, constituyen primera generación familiar de estudiantes universitarios. Lo extraño, siguiendo con lo manifestado por el Lic. Villanueva, es que la operación de venta efectuada por las actuales autoridades de YPF, se realizó por una suma cercana a los U$S 200.000, es decir, un monto sensiblemente menor a lo pretendido por la misma empresa durante el macrismo. En este contexto, la pregunta que surge es la siguiente: por qué suceden este tipo de cosas? Y la respuesta, como en muchas otras cuestiones, está en los planteos efectuados por la Vice Presidenta, fundamentalmente, cuando habló de “funcionarios que no funcionan”. Pero ojo, hagámonos cargo: hay muchos que hace demasiado tiempo que no vienen funcionando.

El 16 de abril de 2012 se anunció la estatización de YPF, hasta entonces en manos de la española Repsol. A efectos de gerenciar la empresa, se lo repatrió a Miguel Galuccio, quien se encontraba trabajando en Gran Bretaña. No estoy en condiciones técnicas de evaluar la gestión de Galuccio al frente de YPF, pero puedo exponer un dato incontrastable: algunos de los funcionarios responsables de este affaire entre la empresa y la UNAJ, están firmando desde la época de Repsol, es decir, ocupan la línea gerencial de YPF, habiendo sobrevivido a Cristina y habiéndose reciclado (no les habrá costado demasiado) con Macri y ahora con Alberto Fernández. Y esos errores, se terminan pagando caros.

Le pasó a Vanoli en ANSES, quien no reparó que durante su gestión, estuvo Miguel Angel Toma representando al Estado en nombre de ese Organismo.

Le pasa a la Ministra Marcela Losardo, que aún tiene como funcionario a Emiliano Blanco, ex jefe del Servicio Penitenciario Federal, procesado por espionaje ilegal junto a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, que condujeron la AFI durante la administración de Macri. Alguien le va a pedir explicaciones de ello.

Matías Kulfas, quien se llevó a Nación a ex funcionarios del Ministerio de la Producción de María Eugenia Vidal. Con qué necesidad? Cuál es la explicación? Que funcionan bien? Si son capaces de funcionar bien bajo cualquier gobierno, más que funcionarios, son mercenarios.

Lo mismo pasa en AFIP, en la UIF, en la IGJ y en la mayoría de los ministerios y organismos del Estado. Ni hablar en el ámbito de la Justicia.

De eso habla la Vice Presidenta cuando habla. Y hay que hacerse cargo. En un año electoral, no se puede dar la ventaja al enemigo, de tener alfiles en el tablero gubernamental. Es peligroso. Sobre todo, si tenemos en cuenta que durante los próximos meses, en plena campaña, el Poder Judicial y los medios, también van a mover sus piezas.

En la política, hay lugar para todos. Menos para los ingenuos.

 

Autor/a

Mario Diéguez