A menos de finalizar – quizás el peor de los últimos 100 años – el año 2020 la búsqueda de un pasado capaz de re incidir hacia un círculo virtuoso no será nada sencillo pues el daño perpetrado, doblemente por la prolongada crisis económica internacional y la Pandemia dieron efectos quizás no esperados sobre la población mundial.
La acuciante perdida de poder adquisitivo fruto de magros salarios agravado por el desempleo y la pauperización saliente dejan a las claras que la correlación de fuerzas en favor de estos sectores se encuentra restringida y siendo el saldo más lastimoso la permanente concentración de la riqueza y del ingreso sobre un ínfimo porcentaje pero que opera sobre las poleas políticas de gran parte del mundo occidental mientras que las fuerzas geoeconómicas orientales intentan dar un suspiro de desarrollo y comercio sobre un nuevo “ heartland “ mundial.
Los procesos de vacunación darán el impasse necesario y esperado pero la tarea de reconstrucción demandara quizás varias décadas porque quizás lo que mas se ha afectado es la condición humana y su relación con su medio inmediato, pero no nos adelantemos que aun la crisis ambiental no ha sido resuelta.
Recuerdo la película “Sueños “del japones Akira Kurosawa donde en una de sus escenas- ante la recreación de un cataclismo nuclear- solo quedan dos hombres en condiciones desesperadas.
¿La pregunta es: existen condiciones para la continuidad de la vida humana en el planeta tierra?
Pero no adelantarse a un futuro poco promisorio en esa materia y consideremos el acuciante presente a resolver por las actuales generaciones.
El ciclo epidemiológico le gano la partida a los econometristas y macro economistas que han errado en función de sus proyecciones y a su vez chocan con realidades geopolíticas que se les imponen como una sentencia definitiva.
También al parecer los analistas de opinión y las empresas capitalistas de sondeo hace años que fallan al cotejarse sus sentencias con las realidades efectivas.
Ya nadie puede pronosticar certeramente el resultado de una elección presidencial sino miren ustedes lo que ha sucedido en la meca del capitalismo mundial: EEUU.
Pero volvamos a nuestro terruño donde luego de casi 10 años de estancamiento económico bajo dos gobiernos de corte opuesto la estanflación no ha sido resuelta.
Quizás el 2021 sea el año del comienzo del gobierno de Alberto Fernández dejando un poco atrás la pandemia y con una expectante negociación positiva con el FMI donde la premisa de extender lo más posible el pago de los compromisos y desafectar a la población de las reiteradas campanas del ajuste puedan dar un plus a una tenue recuperación que es esperada por todos en el país.
Una oposición sin brújula y el descaro on line de un conjunto de medios y periodistas que intentan desorientar el sentido común de las argentinas y argentinos, pero valga la redundancia la corta memoria de un gobierno oligárquico y de sus presentes efectos son el tapón justo para que dichos sectores se alimenten como nuevos administradores de la cosa estatal.
El daño perpetrado ha sido muy profundo y justamente en el corazón del peronismo es decir la Provincia de Buenos Aires por lo tanto la reconfiguración de la oposición en dicho territorio no será una tarea fácil más allá de conocidos armadores y operadores políticos.
No obstante, una celeridad en la gestión actual y la disminución de internas políticas que solo generan un acentuado rechazo a lo ya desgastado como “político “podría ayudar a la recuperación no solo económica sino política y sentar desde allí las bases para establecer una serie de políticas de estado con particular énfasis en una política nacional de educación.
Verdades de perogrullo pero que no escapan a los aconteceres.
Que los creyentes crean.
Pero que el resto agudice el ingenio.