LOS DADOS EN EL AIRE

China está inmersa en una  batalla prolongada  por la hegemonía  global, en esa disputa China pone en cuestión la hegemonía desde la segunda guerra mundial del bloque EEUU –Inglaterra y consolidada en los  80 con la caída del muro de Berlín y la debacle de la Unión soviética. Las batallas se están dando en el campo tecnológico, financiero y comercial, con la geopolítica detrás. Las reglas impuestas por el imperialismo anglo yanqui, expresadas en el Consenso de Washington, la doctrina monetarista y la globalización,  están hoy seriamente cuestionadas.

En los últimos meses se produjeron eventos importantes en el mundo oriental, por un lado el Congreso del Partico Comunista chino aprobó el 14” Plan Quinquenal, con las orientaciones estratégicas en materia económica y política a mediano plazo, destinados a combatir los efectos de la pandemia y la guerra comercial con EEUU.

Beijing se cierra en busca del  auto abastecimiento en muchas áreas, mejorar la producción y  distribución y aumentar el consumo interno. El objetivo es  reducir su dependencia de la tecnología extranjera ‎y de los mercados financieros globales.

También es estos días se firmó  la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el tratado de libre comercio que nuclea  toda una región de Asia y Oceanía.

Un acuerdo económico mega-regional que se negocia desde 2012 entre diez gobiernos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA), y por sus seis socios en tratados de libre comercio: China, India, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur.

Se constituyó así el mercado de libre comercio más grande del mundo. Un mercado que contiene el 44% de la población mundial, el 32% del PBI del planeta y una masa de consumidores por encima de mil millones de personas. Estos números dan una idea de la magnitud de esta iniciativa y el impacto en la economía global en las próximas décadas.

¿Vamos hacia la desglobalización?

A partir de la crisis del 2008 y la recesión que le siguió, con la restricción de flujos internacionales de bienes, servicios y capitales, perdieron fuerza las cadenas globales de valor ante el estancamiento global. El proteccionismo que intento implementar el gobierno de Trump, fue generando un retorno a los países de origen de actividades industriales que habían sido deslocalizadas.

La globalización se basó en el aprovechamiento de los bajos salarios en los países del tercer mundo, menores controles ambientales, trabajo infantil, y en algunos lugares trabajo casi esclavo.

Este modelo era inviable en el mediano plazo, porque más allá del aumento de la tasa de ganancia de las grandes corporaciones, el daño en el tejido social, económico, ambiental, climático, etc, lo hicieron no sustentable. Los problemas del modelo fueron agudizadas por los efectos de la pandemia.

La lógica productiva va a pasar por la seguridad en el abastecimiento, certeza en los plazos, cercanía de los lugares de consumo.  O sea producción en proximidad, para responder con flexibilidad y rapidez a los cambios de la demanda.

El otro ítem a corregir en la libre circulación de flujos de capitales, que con una lógica usurera y predatoria, ha marcado varias décadas de financiarización de la economía, con el daño manifiesto sobre la producción y el empleo. La vuelta a una economía de producción es una tendencia muy marcada en la etapa post pandemia.

El mundo está entrando en una etapa de proteccionismo, guerras comerciales, una carrera por la supremacía científica tecnológica, luchas geopolíticas, y la conformación de grandes bloques continentales, que permitan un “mercado interno” importante y mayor poder de negociación con otros bloques.

Las últimas medidas implementadas por el gobierno Chino apuntan en ese sentido.

El Plan quinquenal sigue mostrando el eje que llevó  exitosamente a la economía china hasta acá. La alianza flexible entre el capital privado y el Estado, pero siendo este el sujeto principal del esquema de desarrollo. El capital está subordinado al estado.

Como decíamos más arriba los objetivos centrales para las próximas décadas son profundizar la independencia tecnológica y la autosuficiencia.

Este modelo de desarrollo requiere reemplazar la producción de bienes baratos exportables por productos de alta gama, basados en la I+D continua.

Los campos de desarrollo y donde hoy China tiene ventajas es el desarrollo de las tecnologías 4 y 5 G, inteligencia artificial, tecnología cuántica, circuitos integrados, salud y bio tecnologias, tecnología militar y aeroespacial”.

En este panorama esta claro que con esta dinámica China desplazará a EEUU  del liderazgo mundial. El centro económico   y comercial del globo pasara a la región Asia Pacifico desplazando del eje Euro Atlántico que ha regido el mundo en los últimos cinco siglos.

El mundo se encamina a una multipolaridad donde tendrán primacía los grandes bloques geopolíticos y comerciales. Y en ese sentido China está sacando una luz de ventaja, ante la decadencia de EEUU y Europa.

Autor/a

antonio muñiz
Antonio Muñiz